El proyecto SUR3D, coordinado por la asociación INNOVI con la participación de OIMO Bioplastics, Eurecat, la Fundació Institut Català del Suro y el Clúster MAV, ha desarrollado un nuevo material biodegradable a partir de tapones de corcho usados.
Actualmente, se desechan en España de 901 a 1051 millones de tapones de corcho al año. Tanto los tapones de corcho provenientes de la industria vitivinícola como el polvo de corcho que se genera durante el proceso productivo de dichos tapones son considerados residuos y se utilizan, principalmente, para la generación de energía.
El proyecto SUR3D, que se ha desarrollado entre agosto de 2022 y abril de 2023, ha utilizado esos residuos para obtener un nuevo material de alto valor añadido que permitirá abrir un nuevo campo de mercado y constituirse como un claro ejemplo de aplicación de un modelo de economía circular.
En este proyecto, la empresa OIMO se ha encargado de desarrollar una nueva formulación bioplástica apta para impresión 3D con base de fibras de corcho obtenida a partir de corchos usados. El polímero desarrollado por OIMO es biobasado en un porcentaje superior al 80% y 100% biodegradable en condiciones naturales. Este aspecto, lo distingue de otros biopolímeros del mercado, como por ejemplo el PLA, uno de los biomateriales más populares en impresión 3D por su coste y su facilidad de impresión, ya que se trata de un material biodegradable en el ámbito industrial pero no en condiciones naturales.
A su vez, el corcho es un material natural, renovable y biodegradable con una combinación de propiedades que lo hacen único y versátil. Entre estas propiedades cabe destacar su baja densidad, elevada resistencia mecánica y al fuego, baja conductividad térmica y eléctrica, además de ser un buen aislante térmico y acústico y poseer gran elasticidad.
PARTES DEL PROCESO
COMPETIR CON EL PLÁSTICO
El nuevo biomaterial presenta propiedades físicas similares al corcho (propiedades aislantes) manteniendo la biodegradabilidad natural del polímero. Por otro lado, la incorporación de corcho a la formulación ha permitido obtener un compound para impresión 3D con propiedades mecánicas superiores al polímero sin corcho.
Por lo tanto, las propiedades mejoradas de este nuevo biomaterial pueden aportar mucha versatilidad en lo que se refiere a las tecnologías de impresión 3D y competir directamente con otros productos en base plástico que tienen un impacto ambiental mayor.
Durante los próximos meses el consorcio decidirá como dar continuidad al proyecto. Principalmente, los siguientes pasos se basarán en buscar aplicaciones del nuevo biomaterial relacionadas con el aislamiento térmico y la optimización de la formulación del compound para su uso en otros procesos como la inyección.
Este proyecto ha recibido el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en la convocatoria 2021b de ayudas a Agrupaciones Empresariales Innovadoras con el objeto de mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas.
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