Proyecto financiado a través de la convocatoria "Agrupaciones Empresariales Innovadoras 2023" de la Agencia Estatal de Investigación (Ministerio de Industria, Comercio y Turismo) y la Unión Europea NextGenerationEU / PRTR
La innovación en el sector agrícola ya es una realidad y conlleva un gran número de impactos positivos tanto a nivel social, económico como medioambiental. La creciente inversión que se ha llevado a cabo en el sector agrícola en España, en los últimos años es una prueba evidente de la relevancia que tiene esta tendencia.
El sector agrícola y el sector agroalimentario han experimentado numerosos avances en innovación en los últimos años. Esta apuesta por la innovación tiene su base en una serie de factores sociales, tecnológicos, económicos, climatológicos y políticos (STEEP), que ejercen presión sobre toda la cadena de valor. Las oportunidades de innovar en este sector son innumerables y muy ventajosas, ya que permiten una mejora de la gestión de los recursos existentes. Algunas oportunidades son la posibilidad de aumentar la productividad y los ingresos obtenidos, el incremento de la transparencia, la mejora de la sostenibilidad medioambiental, la ayuda en la toma de decisiones a los agricultores y ganaderos y la creación de nuevos alimentos, entre otros.
Los últimos años han transcurrido con una incipiente convulsión en todos los sentidos y en todos los eslabones de la cadena de valor alimentaria. La pandemia en 2020 puso de manifiesto que el sector primario ha sido y será esencial para toda la humanidad, ya que no se puede prescindir de algo tan necesario como los alimentos, tanto para consumo humano como los animales. La actual guerra entre los estados de Rusia y Ucrania, aparte de todas las desastrosas consecuencias que está teniendo entre el pueblo ucraniano, ha generado un impacto geopolítico mundial que está provocando una inflación que hacía tiempo que no se veía. De igual forma, este conflicto nos ha alertado de la importancia de no depender de terceros países y tener producción en origen, sobre todo dentro del sector agroalimentario, así como la potenciación de algunos cultivos que normalmente se importan, pero que se podrían producir aquí. Y, por último, y por ello no menos grave, los últimos meses/años estamos viviendo una sequía provocada por el cambio climático que hoy en día está ya limitando el consumo de agua en parte de España normalmente ricas agrícolamente por ser zona de regadío, con las terribles consecuencias que este hecho provocará para las cosechas de este año. El impacto económico se prevé muy alto.
Todas estas situaciones tan adversas al mundo en general, y en particular al sector agro, no han hecho que acelerar aún más la transición a una agricultura más sostenible, más eficiente, y, sobre todo, más digital y tecnológica, para poder maximizar rendimientos y reducir consumo de insumos, y costes en general.
El proyecto CULTISENSOR, nace a raíz de toda esta problemática y situación actual, y se alinea con la estrategia de la empresa Jympa Futuragro SL para dar solución a unas necesidades que tienen los agricultores y que les permitirá ser más eficientes y cuidadosos con el medio ambiente. La forma colaborativa con la que se presenta esta memoria da fe del alto conocimiento del sector, pues el consorcio está formado por varias empresas que, desde su punto de referencia, van a aportar sus conocimientos y espertise para llegar a los objetivos marcados en el Proyecto. El contexto tecnológico en el que se encuentra todo el sector agroalimentario está en una espiral de cambio donde todos los eslabones de la cadena de valor están sufriendo adaptaciones a las emergentes y ya reales nuevas tecnologías, proporcionándoles un valor añadido que hasta hace pocos años eran impensables en este sector.
Cómo es sabido, la agricultura es una de las profesiones más antiguas e importantes del mundo. La humanidad ha recorrido un largo camino a lo largo de los milenios en la forma en que cultivamos y cultivamos con la introducción de diversas tecnologías. A medida que la población mundial continúa creciendo y la tierra se vuelve más escasa, las personas han tenido que ser creativas y ser más eficientes acerca de cómo cultivamos, usando menos tierra para producir más cultivos y aumentando la productividad y el rendimiento de esos acres cultivados. En todo el mundo, la agricultura es una de las industrias que más contribuye al PIB de muchos países, y ahora la industria está recurriendo a tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) para ayudar a producir cultivos más saludables, controlar plagas, monitorear el suelo y las condiciones de cultivo, organizar datos para los agricultores, ayudar con la carga de trabajo y mejorar una amplia gama de agricultura.
Las explotaciones y empresas agrícolas producen diariamente cientos de miles de puntos de datos en el terreno. Con la ayuda de la IA, los agricultores ahora pueden analizar una variedad de cosas en tiempo real, como las condiciones climáticas, la temperatura, el uso del agua o las condiciones del suelo recolectadas de su granja para informar mejor sus decisiones. Por ejemplo, las tecnologías de IA ayudan a los agricultores a optimizar la planificación para generar rendimientos más abundantes al determinar las opciones de cultivo, las mejores opciones de semillas híbridas y la utilización de recursos.
Los sistemas de IA también están ayudando a mejorar la calidad y la precisión de la cosecha, lo que se conoce como agricultura de precisión. La agricultura de precisión utiliza tecnología de IA para ayudar a detectar enfermedades en plantas, plagas y una mala nutrición de las plantas en las granjas. Los sensores de IA pueden detectar y atacar las malezas y luego decidir qué herbicidas aplicar dentro de la zona de amortiguamiento correcta. Esto ayuda a prevenir la aplicación excesiva de herbicidas y toxinas
Este proyecto ha recibido el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en la convocatoria 2021b de ayudas a Agrupaciones Empresariales Innovadoras con el objeto de mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas.
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